Oniisan, un típico asalariado, tiene el deber semanal de proteger a la estudiante de instituto Ai-chan de los manoseadores escoltándola durante sus trayectos en tren los lunes por la mañana. A pesar del poco tiempo que Oniisan y Ai-chan pasan juntos, consiguen estrechar lazos y aprender más sobre la vida del otro. Para ayudar a Oniisan a superar su tristeza de los lunes, Ai-chan le hace pequeños regalos como motivación.

Ai-chan y muchas otras chicas -que comparten un cierto rasgo atractivo- aligeran los lunes de sus amigos y colegas masculinos para la larga semana que tienen por delante.