El 23 de noviembre de 1957, el mundo entero fue testigo del monumental logro de la República Federal de Zirnitra de enviar el primer animal vivo -un perro- al espacio exterior. Desde entonces, la carrera espacial entre la confederación y su competidor, el Reino Unido de Arnack, se ha intensificado; los dos países esperan enviar algún día seres humanos al cosmos.

Como la biología de un perro es intrínsecamente diferente de la anatomía de un humano, no hay forma de identificar perfectamente los riesgos que conllevan los viajes espaciales y sus efectos en el cuerpo de un individuo sin enviar a alguien a observar. Sin embargo, el gobierno de Zirnitra tiene una posible solución: experimentar con vampiros, cuya similitud biológica con los humanos es demasiado significativa como para ignorarla.

A pesar de haber sido sacada a la fuerza de su hogar en las montañas, la vampira Irina Luminesk no muestra ninguna resistencia e incluso está dispuesta a entrenarse como sujeto de pruebas. Lev Leps, antiguo candidato a convertirse en el primer cosmonauta humano, es designado para acompañar a Irina y actuar como su guía. Durante el tiempo que pasan juntos, Irina y Lev comienzan a desarrollar un amor mutuo por el espacio exterior, lo que los acerca.